miércoles, 24 de diciembre de 2008

Ya nos llega, ya nos nace, ya nos salva

Ha aparecido la Gracia de Dios
que trae la Salvación
para todos los hombres
Ana, Rober y Tomás
os deseamos que esta Gracia llene vuestros corazones,
sobre los que se ha derramado la Buena Noticia de Belén.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Salud

Mientras escribo, los niños del Colegio de San Ildefonso amenizan la mañana con su cantinela que ha resisitido razonablemente el cambio de pesetas a euros y todavía conserva el encanto de chupinazo de las fiestas de Navidad. Muchos, por unas horas, ponen la oreja en lo que se canta en el salón de sorteos. No en vano, como decía aquella, "el dinero no da la felicidad pero aplaca los nervios". El dinero, ¡ay el dinero! Muchas son las cofradías, y pongo como ejemplo la papeleta de la Vera Cruz, que distribuyen participaciones para obtener algún margen de beneficio que satisfaga sus necesidades. Las necesidades, ¡ay las necesidades! En el último Pleno de la Junta de Cofradías se habló de dinero, como siempre, no desvelo nada. Es normal, es pertinente, pero es también penoso en muchas ocasiones. Volvió a suscitar en mí el pensamiento de lo artificioso que resulta el concepto "necesidad", del mercadeo de convenios y subvenciones, de la ausencia de una idea general de lo que podría ser la Semana Santa de Salamanca. Póngame cuarto y mitad de palio, arrégleme el Cristo que se me ha caído, hágame un estandarte bordado en oro, ampliéme esta carroza que se me ha quedado pequeña, págueme una banda de campanillas... Necesidades que, más o menos (...), puedo entender. También entiendo que, dados los precedentes, abierta la ventanilla, se quiera coger vez. Pero entendería mejor que no se formase cola, que todos fuéramos a una, más serios que caprichosos, pues para los nervios existen remedios más baratos.
Tomás, y otros dos a los que, imagino/espero,
les ha tocado el premio del día: la salud.
Que ya es bastante.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Madrid, también cofrade

Ya hablé de Toledo, también cofrade, hace bastantes meses pero pocas entradas (que aquí no me prodigo demasiado, y eso que soy el que más se prodiga). Hoy diré algo de Madrid, donde vivir me resultaría un tanto agobiante pero pasear de cuando en cuando me agrada, y mucho. Del Madrid cofrade conocía lo que he escuchado a Antonio y Víctor, lo leído en el difunto foro cofradiero salmantino (qué buenos hilos ya cortados habíamos entretejido), lo profusamente expuesto en el libro de Guevara y Rivera que muestro a la izquierda y hace tiempo presté, algún minuto de gloria en Telemadrid o en youtube, una procesión de la Paloma el 15 de agosto de 2004 (regada con la "santa limoná") y una breve visita a Jesús de Medinaceli horas antes de apostar por formarme como médico en Zamora, que el Jesús es vecino del Ministerio de Sanidad y le tenía muy a mano para encomendarme. Después de todo, no era poco, pero después de la otra mañana es algo más, porque sin buscarlas me tropecé con "la otra catedral" y la basílica pontificia, que no figuran en muchos planos (en los que yo manejé, ni rastro de ellas) pero merecen la visita mucho más que la catedral grande, la Almudena, de cuyo interior sólo recordaba el retablo de la imagen de la Virgen. Creo que añadiré el Crucificado del altar mayor y el Yacente de Ávalos a mi bagaje; el resto, en particular los frescos de Kiko Argüello y las nuevas vidrieras, mejor olvidarlo. Digo "la otra catedral" para referirme a la sede del arzobispo castrense, muy cercana a la Almudena, justo al tomar la Calle Mayor rumbo a la Puerta del Sol. Establecida en un antiguo convento cisterciense, acoge a la Congregación del Cristo de los Alabarderos y la Virgen de los Ángeles, que sale el Viernes Santo y ha sido recuperada en estos últimos años. Los titulares lucen sobre doseles en el crucero. También muy lucidos, en la sede del Nuncio, los de la Hermandad de los Estudiantes, que sale el Domingo de Ramos con otro estilo diferente, pues para todo hay lugar en la Villa y Corte. Ambas cofradías, con sus paneles informativos bien nutridos y aparente implicación en la pastoral de sus respectivos templos. Cuando vuelva a Madrid intentaré tropezarme con más rincones cofrades, que en urbe tan inmensa se aprecian más si cabe.

Tomás, y otros dos que pasean... y contarán

sábado, 13 de septiembre de 2008

Para que no hubiera...

... más cruces en el mundo, Cristo subió a la Cruz, Cristo sube a la Cruz. Esta noche, cuando el Santísimo bendiga a los allí reunidos con su amoroso vuelo, mientras el eco de las esquilillas y el humo del incienso trepen hasta el corazón de la cúpula, la capilla dorada contemplará cómo baja de su trono el Cristo que duerme, sonríe y nos abraza. Porque así sube Dios: bajando. Se exalta humillándose. Vence perdiendo. Nos salva en la Cruz. A la Cruz sube Cristo, humillado y deshecho. ¿Quién escucha su grito? ¿Quién atiende su llanto? Su Nombre sobre todo nombre, para que al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en la tierra, en el cielo y en el abismo. Su grito silencioso, sus lágrimas serenas, su dulce sueño, su abrazo tierno, esta noche serán rezo de vísperas en la capilla dorada de nuestra querencia cofrade y salmantina. No estaré pero os invito a estar y tocar con los dedos la madera desgastada de sus pies que mañana rozarán tantos labios en el día grande de su Exaltación. Y toda lengua proclame que Jesús es Señor para gloria de Dios Padre. Para que no hubiera más llantos en el mundo, Cristo lloró en la Cruz, Cristo llora en la Cruz. Sollozo de tarde de Viernes Santo, de enfermedad y soledades, de guerras y destierros, de violencias y desdichas. Sollozo con los que sufren y por los que hacen sufrir. Sollozo de Jesús en la Cruz, para que lo exaltemos en su pobreza y lo recemos en su misericordia, para que celebremos la grandeza de su pequeñez y nos hagamos como Él uno de tantos, obediente hasta la muerte, y una muerte de Cruz. Para que no hubiera más muertes inocentes Cristo murió en la Cruz, Cristo muere en la Cruz.

Tomás, y otros dos aquerenciados en la capilla dorada

viernes, 27 de junio de 2008

El sueño de Pedro

En la célebre Oración del Huerto del genial Salzillo, el ángel señala la amarga y triunfante Cruz a Jesús mientras Juan, Santiago y Pedro duermen entre los olivos de Gestsemaní. Siempre llamó mi atención este sueño de los amigos del Señor, sueño diferente según la edad: el del joven Juan, el de su hermano mayor Santiago, el de Pedro, primero entre los apóstoles de cuya fiesta estamos en vísperas. Pedro duerme y sueña. No con lágrimas, sino con la victoria del Mesías esperado. No con sangre, sino con la respuesta clara de su admirado Maestro. No con persecuciones, sino con el sereno caminar sobre las aguas y las tierras del pueblo que vagaba errante y ahora ve la Luz. "Señor, Tú sabes que te amo". Duerme y sueña Pedro. Las sandalias prestas para el camino, la red dispuesta para faenar en el lago, el sueño ligero y eterno, entre los olivos.
Tomás, y otros dos que sueñan con Pedro

sábado, 24 de mayo de 2008

Todos de Él

Mañana sale la procesión más importante del año, porque el paso es el mismo Jesucristo, sin otra advocación que su mismo ser ya nuestro, sin más cofradía que la Iglesia entera ya suya. Todos de Él. Todos de su pan de vida y de su vino de eterna entrega. Todos de su Cuerpo Santísimo y de su Preciosísima Sangre. Todos de Él. Por igual. Para que entre las nubes plomizas y los aguaceros salga el Sol Invicto. Para que el arco iris tienda el abrazo de Dios con los hombres. Dios con nosotros es quien sale en procesión para trazar en el aire la Cruz del Amor de los amores. Dios con nosotros.

Tomás, y dos que también son suyos.

Foto: paso de la Sagrada Cena de Sevilla.

lunes, 28 de abril de 2008

Toledo, también cofrade

A todos, por igual, nos pasa. No somos ninguno ajeno a la curiosidad cofrade, ni a esa particularidad de enfocar imágenes desde el prisma de los que miramos una calle y vemos la procesión que por ella no transita, de los que contemplamos una notable escultura y nos preguntamos si saldrá a darse el paseo semanasantero de rigor. Antes de esperar la respuesta, que a menudo no buscamos, ya sabemos cómo organizaríamos el desfile y de qué colores habría de vestir la hermandad.

Este último fin de semana he visitado Toledo y no he escapado a estos cánones de turista cofrade, que, con permiso del homónimo blog vecino, no me resisto a hacer constar. Anoté en mi cuaderno las innumerables cruces, sin duda más de catorce, como señales de Cristo sobre los muros de lo que algún siglo fueron mezquitas o sinagogas. También hice mención del azulejo que dedica la calle del Cristo de la Luz al Maestro Emilio Cebrián, autor del Himno a Toledo, y también de la célebre y pegadiza marcha Nuestro Padre Jesús, en honor del Nazareno jiennense, "el Abuelo". Y por último, en el majestuoso Monasterio de San Juan de los Reyes, templo franciscano, la recuperada Cofradía del Cristo de la Humildad, que junto a la Soledad y la Vera Cruz (ya extinguida) eran las históricas de Toledo. La de la Humildad ha renacido en 2006 y procesiona esta talla del sevillano Darío Fernández, parte de un grupo en ejecución. Esto apunté del Toledo cofrade y aquí os lo traigo.

Tomás, con otros dos (que ya escribirán un día de estos)